domingo, 27 de marzo de 2016

El cumpleaños infantil

Comienza cuando la "mami" y/o el "papi" de la criatura planea festejar un año más de vida de su pequeño retoño. Bueno, en realidad les interesa más quedar bien con los parientes y amigos que le preguntan incesantemente para cuándo el cumpleaños del Yonathan.
El primer paso, buscar un salón de fiestas, quincho, galería amplia o patio que pueda albergar una cantidad X de personas. Esa cantidad suele ser siempre mayor a la que el espacio pueda soportar.
El paso dos, intentar contratar al payaso de moda en la zona. Este personaje, que se dedica a torturar a padres y demás invitados, cotiza su actuación en Euros pero no hay cumpleaños decente que no tenga uno, por lo que SI O SI se paga por una sesión de dos horas con insultos, chistes subidos de tono y juegos que Gaby, Fofó y Miliki ya consideraban anticuados.
El tercer paso, elegir el tema de la fiesta entre los de moda. Los más "originales" optan por figuras animadas que no pertenecen a Disney pero no es lo más recomendable porque todas las casas de cotillón ofrecen tres temas por temporada. Estos comercios "amigos" venden desde los globos hasta los marcapasos con la temática, por lo que se recomienda seleccionarla con cuidado y siendo conscientes de la crucial importancia de esta decisión.
Como bonus track del paso tres hay que destacar la importancia del bien amado "centro de mesa". Este elemento decorativo, el cual será pleiteado por las tías y vecinas, debe ser de una cantidad justa para no generar divisiones profundas en las familias invitadas al evento.
El paso cuatro, seleccionar el menú. No hay "fiestita" que no tenga los siguientes ingredientes para un cóctel letal si es combinado con Coca Cola o sus líquidos alternativos:

  • Papas fritas, cuanto más grasosas mejor. El gusto a rancio es opcional.
  • Pizzetas, o lo que a simple vista parece un pedazo de pan con queso.
  • Empanadas tamaño copetín, lo cual implica tener medio bocado asegurado.
  • Pernil de cerdo y sus salsas fundamentales. Este plato es popular desde hace un par de años y se vuelve cada vez más difícil de erradicar.
  • Masas dulces. También servidas en una "mesa dulce", de difícil acceso en la mayoría de los casos.
  • La torta. Acompaña su decoración con el tema de la fiesta. Se sirve en porciones ínfimas y casi siempre sin cucharilla que ayude a ingerirla sin mancharse hasta los talones con la crema.
  • La bebida. Para los niños y abstemios línea Coca Cola. Para los tíos y abuelos algún vino 3/4 que esté de oferta en el super. No olvidar el hielo en rolitos.
El quinto paso, el fotógrafo. Este personaje se destaca por llevar de las orejas a cuanto familiar identifique para tomar fotos "emotivas" y originales que plasmarán hasta la eternidad los momentos más importantes de la fiesta. Suele manejarse con mano dura, gritando órdenes a cuanto rebelde invitado no quiera posar con su mejor sonrisa.
Sexto y último paso: las sobras. La comida SIEMPRE será para más de 200 personas, aunque los invitados sean 50. Por lo que la familia de festejado tendrá una semana de sanguchitos tostados y papas fritas rancias para ingerir. La torta se puede frizar, no olviden este consejo.

Si sobrevive a un cumpleaños infantil, Ud saldrá con 5 kg más de los que tenía y 100 puntos más de colesterol "malo" en sangre. Disfrute de la experiencia y recuerde que en menos de 365 días tiene que volver a empezar.

viernes, 11 de diciembre de 2015

Discurso de despedida

Cada años, el nuestros colegios o institutos, nos asignan distintaos trabajos para terminar el ciclo con un acto que cierre la tarea, que haga un reconto de lo vivido y, principalmente, que aliente a los alumnos a seguir estudiando.
Mi actividad de este año fue escribir y leer el discurso en el acto. Estaba el ministro de Educ. como invitado especial, así que me esforcé un poco más. Lo transcribo porque me gusta cómo quedó y porque no es copiado de alguna página googleada de apuro. 
Ahí va:

Este es el discurso de fin de año más importante que me asignaron, aunque no es el primero y espero no sea el último. Dejen que los explique porqué es tan especial para mí.  En esta oportunidad  tengo la tarea de despedir a mis alumnos de la primera promoción de nuestro BSPA y al mismo tiempo convencerme de que, el año que viene, no van a estar más en estas aulas.
 Pensé en muchas maneras de explicar lo que me pasó con este grupo de alumnos, recordé anécdotas que no vienen al caso, escribí semblanzas de ellos, redacté dos discursos tentativos y un cuento que leímos en las primeras clases. Y no, nada funcionaba. Releí el cuento de ese hombre que va río abajo buscando ayuda, Horacio Quiroga siempre me ayuda a ver las cosas de otra manera. Pero estaba pensando demasiado.
Y es que ¿cómo me despido de aquellos a los que, más allá de tener el deber de enseñarles de cuentos  y oraciones, aprendí a querer?
Lejos de las frases hechas y de lo políticamente correcto, a millones de kilómetros de las exageraciones, aprendí mucho de ellos en estos tres años. Pude descubrir que la edad biológica no suele concordar con la del espíritu, y que hay más entusiasmo en estas madres y abuelas que en muchas oficinas de veinteañeros. Los hombres del curso no se quedan atrás, han sabido acompañar, escuchar y aceptar que ellos también podían cambiar su futuro.
Vuelvo a pensar, ahora, en el hombre del cuento de Quiroga, a la deriva en esa barcaza, luchando por llegar. Esperando tal vez un puente, una rama que lo transporte a otro mundo. Dejándose llevar, rindiéndose ante la adversidad. Ustedes no se han rendido a la comodidad de sus “barcazas”, de sus casas, de sus horas de descanso con la familia o de las dádivas. Han sabido ver en nosotros, sus profesores, esa mano amiga que guía, que los ayudó a cumplir un objetivo. No hemos sido más que facilitadores para que crucen la meta, para que dejen sus “barcazas” y se enfrenten a grandes desafíos.
Sé que esta promoción será recordada, ante todo, por su calidad humana, por su iniciativa y voluntad de destacarse a fuerza de sacrificio. Van a ser un ejemplo constante para los futuros alumnos que llenen nuestras aulas, como así también para sus familias, sus hijos y nietos. Pero les pido que no se conformen con eso, que no regresen a sus casas pensando que se terminó la tarea, que ya no van a seguir estudiando. Les propongo que sigan sumando retos, que alejen unos metros más la línea de llegada y sueñen con un nuevo proyecto. Está en cada uno de ustedes lo necesario.
Quiero terminar agradeciéndoles a todos los que nos acompañaron en estos años y pedirles disculpas a mis chicos si no he podido ser mejor profesora. Sepan que me voy esta noche a mi casa con una gran alegría y mucha esperanza porque estoy convencida de que mi trabajo ha servido para algo.

Muchas gracias.

martes, 11 de agosto de 2015

Porque tres años no es nada...

Y no, nadie me extrañó estos tres años en los que estuve ausente viviendo. Me soprendió leer el último posteo JUSTO tres años después, pero aún más leer lo mal que la estaba pasando.
Procedo a actualizar datos, cosa que seguramente a nadie le importa:

  • "La listita" quedó atrás, ya no recuerdo la razón de la lista ni busco las respuestas a ninguna pregunta.
  • Con el DT (alias Coso) seguimos juntos y revueltos. 
  • Estoy tres años más vieja y tres años menos sabia.
  • Sigo en el mismo laburo de horarios y corridas, lo de ser modelo de Victoria Secret no funcionó.
Si, acabo de hacer otra lista, según dicen es porque soy de virgo, ascendente en controladora.
Voy a estar por acá más seguido, me gustaría volver a escribir para recordar a La Loca Dora.


sábado, 11 de agosto de 2012

La listita

Hace unas semanas, cuando me dijo por sms que no era yo sino él el que no quería seguir con la relación armé una listita con preguntas que le haría cuando "vuelva" porque estaba segura que iba a volver. La cuestión es que el tipo en cuestión no volvió, lo más probable es que no lo haga nunca, pero la listita siguió creciendo. Algunas preguntas las lancé en Twitter para los desafortunados que me leen compartan mi falta de certezas.
A continuación la transcribo, si tienen las respuestas tengan a bien escribirlas en los comentarios y sino las tienen chiflen si es que dudan igual que yo.
  • Por qué a mi? Yo que la remé, que soy una mina que vale la pena (?).
  • Qué hice mal? Primero no darme cuenta que me iba a dejar, que el remo de un solo lado no alcanzaba... 
Cuando llegué a este punto de la lista me di cuenta que me estaba echando la culpa, entonces decidí echársela a él.
  • Por qué aguanté tanto?
  • Qué carajo le vi a ese cajeta?
  • Cómo hice para bancarme todo esto?
En este punto intenté hacerlo más comprensible (si es que eso es posible) y comencé mi escalada de googleo. En dos días leí cuanta página de Autoayuda "tóxica" andaba dando vueltas y, la verdad, ni una sola duda se resolvió.
Una vez pasada esta etapa de autoflagelos comencé a hablar y a dejar de llorar. Y cuando parecía que caí de nuevo en la rutina del laburo me llegó el sms [complete con el adjetivo que más le guste] del DT. "Hola", un "HOLA". Es hombre de pocas palabras pensé después de responder con un "Quién sos?" de rutina. En ese momento la listita se vio interrumpida subitamente, entre la depiladora, la peluquería, la manicura y las salidas a comprar ropa no me quedaba tiempo. No quería tener tiempo, no quiero tener tiempo para pensar.
  • Cuánto tiempo tengo que esperar para decir que me gusta otro tipo? Un mes? Diez días? Hasta que me entere que él ya está garchando con otra? No sé, no tengo ni la más chota idea pero se lo pregunté a todas las minas con las que hablé. Sentía culpa, así de pelotuda soy. Sentía que era una puta, que no estaba esperando a terminar con el "duelo" del que todos hablan y del que nadie sabe nada. 
Me concentré tanto en tratar de justificarme que me olvidé de pensar en mi, estaba comenzando de nuevo (lo cuento como si hubiesen pasado mil años pero fue hace un mes, que locura), que me gustaba este tipo interesante y que mágicamente (o no) el también gustaba de mi. Este fue el punto de mayor tensión porque tenía que pensar en qué era lo que quería, qué pensaba yo sobre el tema... Y no encontré nada googleando, lamentablemente. 
Yo sé que este texto parece no tener nada en claro y no es más que una suma de párrafos mal redactados y sin un orden aparente, a mi favor debo decir que así está mi vida: sucediendo. Sin orden, sin prisa, sin objetivos muy claros, cumpliendo horarios, sólo cumpliendo con una mediocridad que me asusta. Lo único que tengo en claro es que la listita sigue, que los voy a atormentar con las preguntas que no me contestan.

martes, 22 de noviembre de 2011

De cómo Baco tiene la culpa por el dulce de leche




Todos creen que el dulce de leche nació por un descuido de la criada de Rosas pero no fue así, en lo absoluto. Lo que a mí me contaron me parece más coherente y les pienso decir así no andan comiendo ese dulce manjar, también llamado cajeta, sin saber cómo surgió.




La cuestión es que una mañana, Zeus (si, el dios) se puso a desayunar con unos mates y pan con manteca después de una noche de excesos y se dio cuenta que no era suficiente. Entonces llamó a un amigo, Baco, que también era parte del club del Olimpo (que después se hizo club de fútbol y terminó... mejor no hablar de eso) para que creara algo más suculento para arrancar las mañanas persiguiendo mortales.

El dios del teatro también andaba con desvelo encima y encaró sin muchas ganas a la heladera a ver qué había quedado de la noche anterior. Los ingredientes no eran muchos, un poco de leche y azúcar, pero él sabía que los pedidos del "tata" (así le decían a Zeus) eran sagrados y emprendió la empresa con la mejor cara "pos-orgía". Puso todo al fuego en la cacerola que la tía Yola le prestó y con un palo de escoba se puso a revolver el mejunje. Como buen trasnochador andaba con su "bica" en el bolsillo y no se dio cuenta cuando una cucharadita del producto cayó en la olla, lo que explica porque todavía seguimos utilizando bicarbonato de sodio para la preparación. Casi me olvido de aclarar, Baco era salteño.

Y así, revolviendo cada 5 minutos aproximadamente nació este noble producto argentino (no fue parido en Tacuarembó) que yo degusto con tantas ganas cada vez que mi hermano deja alguito en la heladera.

Nota: Las cosas que se nos ocurren en el Saeta son de no creer, para mí que está endiablado.